lunes, 12 de octubre de 2009

Del infierno al cielo con los Pixies en Frankfurt




Todas las grandes historias tienen una precuela, y ésta también.
Unas 10 horas antes de partir desde Marburg a Frankfurt daba por hecho que no podría asistir al concierto. ¿Por qué? Porque algunas cosas sólo me pasan a mí, más de una vez además, y he estado desde el viernes por la noche encerrado en mi habitación con algo dentro que a saber qué era, que me tenía a unos 39-40 grados, calculo yo, sin poder salir de la cama, muerto de frío y tiriteo, automedicándome en altas dosis, sudando litros y mirando el reloj deseando que las horas pasaran lo más despacio posible. Porque en 48 horas tenía algo importante que hacer, y no pensaba moverme de la cama hasta que estuviera en condiciones.

Total, que he pasado dos noches horribles, la primera peor que la segunda, con delirios y sueños de los malos, siendo cuidado por mí mismo, dejado de la mano de dios, y acordándome cada segundo de esa gran figura llamada 'Madre': "No te tapes mucho si tienes fiebre", "Tómate una ducha un poco fría", "Ponte este paño en la frente", "Toma mucha fruta y bebe agua".

Diréis que estoy un poco loco por, estando en esta situación, no llamar a algún médido, avisar a alguien o decírselo a mi propia Madre, que aunque lejos está, siempre ayuda. A la gente de aquí la avisé, estaba mal, pero sólo necesitaba descansar, no avisé a ningún médico porque sabía lo que necesitaba y si no podía ir al concierto, este mismo domingo sí que iba, y a Madrid no dije nada por no preocupar y porque justo antes de darme cuanta de lo malo que estaba, hablé con mis padres por Skype.

Al final, el domingo por la mañana noté que la fiebre se había ido (dejando empapadas unas 4 o 5 camisetas) y que me veía con ganas y las mínimas fuerzas de emprender el viaje.

Hice acto de presencia para comer algo con la gente, y después ya, camino a Frankfurt. De allí al Jahrhunderthalle, la sala donde era el concierto, que estaba bastante a las afueras, yo creo que ya en otra localidad, pero a donde aún llegaba el metro.

Mucha lluvia al salir de la parada, un poco de cola para entrar dentro y adelante.

Los teloneros fueron Dinosaur Pile-Up, un trío de power-grunge que sonaban potentes (lo justo para que se cayera la baba con el sonido de la sala pensando en lo de después), pero con la demasiada larga sombra de Nirvana acechándoles, y concrétamente al cantante la de Kurt Cobain. Seguramente este tío se apuntó al casting de Last Days.




Tras casi media hora de espera, empezó a salir las primeras cortinas de humo, y una música misteriosa, oscura, que de repende daban sonido a la proyección en una pantalla grande y cuatro más pequeñas de 'Un Chien Andalou' de Luis Buñuel. No sabría decir si todo lo proyectado pertenecía a esta película. Pero en su gran mayoría sí.

Se acabó la proyección y la música de acompañamiento, y salieron los cuatro de Boston. Con sus típicos kilos de más, pero hasta con mejor aspecto que la última vez que les vi.
Cuando todo el mundo, al menos yo, se esperaba 'Debaser', empezaron el concierto con unas 4 ó 5 caras B de la época Doolittle, de las cuales sólo recordaba el título de 'Manta Ray', habrá que confirmar las otras.
Y ya sí, siguieron con 'Debaser', y se desató la locura. Los 4 ó 5 alemanes con más ganas de fiesta se adelantaron unas cuantas filas para comenzar un pogo que les siguió no demasiada gente más. Aún así eso estaba patas arribas. 'Tame' también fue como un balazo. Comentar que entre las 3 primeras canciones del disco hacian parones, y no sonaban de una vez, como en el album original.


Después destacar 'Monkey Gone to Heaven', la pareja 'Mr. Grieves' y 'Crackity Jones' o 'Silver'. Y sin duda, como era de esperar, la mejor recibida y más coreada fue 'Hey', contando que además en las pantallas de video iban apareciando las palabras de la letra como escritas en luces de neón, espectacular ese momento. Ya de paso apuntar que todos los efectos de luces y vídeo eran tremendos y cambiaban según el tema que sonase. Terminaron con 'Gouge Away' y volvieron a salir.



Y tocaron la versión suave de Wave of Mutilation y otra cara B, Into the White. Pero aún quedaba otra sorpresa, y quizás de lo mejor del concierto: Something Against You, Isla de Encanta y Vamos. Tres pepinazos punk para acabar a empujones y cantando con un par de alemanes 'vamos a jugar por la playa', genial.

En definitiva, gran concierto y gran puesta en escena. Hagan por lo que hagan estas giras, esta vez se lo han currado. Tanto por el show montado, como por el detalle de tocar tres canciones como las que nos dejaron para el final.

We la la love you, Pixies!





3 Responses to “Del infierno al cielo con los Pixies en Frankfurt”

Juan dijo...

Joder! no es la primera vez que te pasa eso de las fiebres vispera de conciertos importantes, ojala les de por pasarse por aqui a los orondos Pixies... cuidate!!!

Carlos dijo...

Nada como una madre, y si es la tuya, qué te voy a contar.

Eso que has visto no pasará por Vigo, no?? (Acepto también Santiago)

Barb * dijo...

¡Fer! Madre mía, a mí me da algo si me pongo tan enferma estando por ahí, con lo quejica que soy...Menos mal que te pusiste bien para el concierto :D ¡QUÉ ENVIDIA!

Joder, qué pasada de concierto...Quiero volver a verles! T_T Qué temazos...Ay!!

Que vengan a Madrid, MALDITOS.

Un abrazo!! *

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