Maravillado con Wine y Chromium

Han sido varias las agradables sorpresas que he tenido en mis horas muertas de esta mañana y de días anteriores.

He podido usar Spotify en Ubuntu con Wine, y va de perlas. Es la primera vez que le doy un voto de confianza a Wine para emularme alguna aplicación de Windows, y el resultado ha sido espectacular. Spotify va de perlas, lo he podido instalar rápidamente en pocos segundos, funciona igual que con Windows, el sonido lo detecta sin ningún problema, la sincronización de last.fm va fetén. Además he podido integrarlo en el Menú con el resto de aplicaciones de audio y vídeo como si fuera una más.

La otra sospresa ha sido el Chromium, la alternativa abierta al Google Chrome. En realidad en Linux ahora las dos cosas casi son lo mismo. Como no había Chrome para Linux, la comunidad empezó a desarrollar el navegador como un clon de la aplicación de Google, consiguiendo unos resultados bastante interesantes. Cuando el proyecto alcanzó un alto nivel, Google cogió el código, le puso la llave, la etiqueta "Chrome" y a partir de ahí existió oficialmente la versión de su navegador para las plataformas Linux. Aunque en realidad ya existiera. Ahora los dos navegadores siguen caminos paralelos, en desarrollo y retroalimentación (aunque como se ha visto, uno siempre chupa más del otro).

Entre el Chrome y el Chromium, me decidí a instalar el segundo. Y probándolo los resultados han sido fantásticos. Tiene todas las características del Chrome original, el sístema de pestañas funciona bien, se pueden añadir temas visuales y con algún truco se le puede añadir el Flash player (que es lo poquito que le falta para estar al nivel de la versión Windows). La importación de marcadores desde Firefox la ha hecho sin problemas y en general todo va como la seda. Habrá que estar atentos a los futuros desarollos.